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FRANÇAIS
Artistas abstractos de la Argentina
Escrito
por Martin Blaszko
Las tendencias estéticas actuales y sus realizaciones plásticas
constituyen en el fondo un esfuerzo para dotar a nuestra época
de un lenguaje artístico correspondiente, como fueron los estilos
en otros períodos de la historia. La voluntad del artista en
todos los tiempos imprime a las formas un carácter determinado
que es el reflejo de sus especulaciones filosóficas, científicas,
de sus sentimientos vitales, de sus estructuras económicas
y sociales. Lo gótico representa tan claramente al hombre de
la Edad Media como el arte clásico al mundo de la antigüedad.
A nuestro siglo, caótico y convulsionado, con sus choques y
contradicciones violentos pertenece también una expresión
plástica particular, de acuerdo con estas características.
La misión del artista es intentar llevar al plano de las armonías
universales, los movimientos de atracción y repulsión,
los ritmos esenciales de nuestra vida psíquica, creando verdaderas
constelaciones estéticas. Todos los movimientos en cualquier
campo que se den: filosófico, social, físico, económico,
tienen sus analogías y solamente una íntima identificación
con la realidad permite dar nacimiento y desarrollo a las formas artísticas
apropiadas.
El fenómeno del estilo se reduce a la traducción plástica
de las líneas generales de la visión del universo y
del sentimiento. El orden, la organización y la estructura
de los ritmos deben ser por lo tanto una copia fiel de nuestro mecanismo
de acción. La creación artística es una función
biológica.
En mis composiciones parto del ritmo puro y dinámico. Desde
dos polos opuestos pongo en movimiento dos fuerzas antagónicas.
Las formas resultantes las relaciono estrictamente de acuerdo con
la proporción áurea. De esta manera la obra mantiene
el carácter de continuo movimiento. Cuando hago jugar el espacio
dentro de una estructura, la misma proporción áurea
evita caer en relaciones arbitrarias entre ritmo, cuerpo y espacio.
Mis proyectos están pensados en una escala apropiada, como
elementos urbanísticos que reflejen socialmente, en plazas
públicas, parques, estadios y avenidas, nuestras vivencias
modernas. Claro está, urbanistas, arquitectos, escultores y
pintores, deben trabajar de común acuerdo en la planificación
y modernización de nuestras ciudades.